Tiendo a enamorarme de personas imposibles, de personas que nunca me mirarían como más que un amiga, tienden a gustarme amores no correspondidos, en el amor, sin dudas, tiendo a equivocarme. Porque sí, puede que haya habido una ocasión de un amor correspondido pero también he de decir que era imposible porque la distancia que nos separaba mató su amor. Tiendo a elegir mal, tiendo a desilusionarme, a quebrarme. Y sí, me cuesta ilusionarme por los golpes que recibo pero aquí sigo de pie.
Sueños alcanzables que parecen inalcanzables. Sueños que la gente cree que son imposibles pero en verdad puedes conseguirlos. Sueños, esperanzas, el origen de algo nuevo, Podemos pensar que son irreales, podemos pensar que nos tenemos que conformar con lo que llegue, con lo que la vida nos ofrece, pero la vida no es así. Si no luchamos por lo que queremos y nos rendimos a la primer de cambio, nunca seremos felices aunque lo neguemos. Porque sí, hay gente frustrada por el mundo que no ha luchado por sus sueños. Porque sí, hay gente que se rinde incluso antes de comenzar. Porque sí, hay gente que ve las cosas más difíciles de lo que son. Por eso, yo misma te pido, a ti, a quién me está leyendo ahora mismo. Que no te rindas, no cedas, porque sino luchas por tus sueños, nadie, y remarco el nadie, lo hará por ti. Sigue soñando, sigue siendo un soñador, o soñadora, porque la vida trata de eso, de soñar con los ojos cerrados, con los ojos abiertos. Soñar y luchar por ellos.
