sábado, 24 de agosto de 2013

Historias del pasado vuelven a mi mente.

Encontrar viejos textos, antiguos poemas, recordar las situaciones cuándo escribí todo ello, cómo cambian las cosas, que rápido pasa el tiempo. Recuerdo cuando escribía poemas, cuando iban dirigidos a “mi primer amor” no correspondido.
 Que corto el amor y que largo el olvido. Recuerdo los textos tristes, las noches de llanto, cuándo abraza al peluche para ahogar el sonido roto de mi corazón. 
He vivido ilusiones y desilusiones, he llorado de felicidad y de tristeza, he sonreído a más no poder y he estado deprimida como la que más. Pero es parte de la vida, es parte del “destino”.
Porque a base de golpes se aprende, porque a base de golpes uno se hace más fuerte. Aunque a veces, tantos golpes seguidos haces que te quedes sin esperanzas, haces que pienses porque el destino no está de tu parte, pero el tiempo, como siempre, hará que llegue lo bueno y que todo los momentos malos no se puedan comparar con todos los buenos que nos queda por vivir. 


Ahora me ves, ahora no me ves.

Ya ves, ha pasado el tiempo y está todo al revés, la tristeza se convirtió en alegría y a la inversa. Ya ves, mi vida no es la misma desde que te fuiste pero ¿Sabes? Poco a poco voy sonriendo, voy volviendo a ser feliz, voy recordándote menos, lloro menos por ti. 
Aún recuerdo los momentos vividos, las promesas de “para siempre” que se han incumplido, se han roto y han quedado en el olvido, en un vacío donde no pienso regresar. 
He llorado en silencio, he sufrido sola, pero eso ¿Qué más da? ¿Qué importa? Cuando más te he necesitado, te has marchado de mi lado, dejándome sola y rota, sin importarte nada. 
Entiendo que ya no me quieras, que ya encontraste a otra, entiendo que es posible que hayas encontrado a una persona que te haga más feliz o no, que sólo cumpla tus caprichos de niño pequeño.
 Los “te quiero” no eran ciertos, no me los decías solo a mí, tenías a más personas que se morían por ti, que vivían de ilusiones gracias a ti. Mis “te quiero” eran ciertos, eran dichos desde el corazón. 
Ahora ya es tarde, no me interesa que vuelvas, no aparezcas en mi vida nunca más, si quieres una amistad se intenta, pero no quiero nada más. Si, será complicado que seamos amigos sin recordar lo vivido, pero no te quiero de otra manera “amigo” mío. Sólo te deseo que seas feliz pero que a mí me dejes vivir y que un día cuando yo quiera a otro y sea feliz, recuerdes lo que perdiste, lo que dejaste ir y lo que nunca podrás volver a tener. 


Y sin más, te digo adiós.

Sigo recordando esa “despedida” agridulce, esa amistad que se fue de la noche a la mañana y que ahora, ya no queda nada. Sigo recordando esas charlas hasta altas horas de la noche, dónde nos explicábamos todos nuestros problemas y nos aconsejábamos. Que rápido pasa el tiempo y que largo el olvido. 
Quizás, va quizás no, estoy segura que tú ya me has olvidado, ya me has sacado de mi vida lo sé pero ¿Sabes? 
Yo a veces te recuerdo y pienso eh, que pena, que pena que te fueras de mi vida sin decir nada y haciéndome daño, que pena que esta amistad se disolviera así sin más y sin motivos porque yo no encuentro motivos suficientes para que te fueras así “de rositas” que me destruyeras y me hirieras pero eh, tranquilo, he aprendido a ser fuerte, a no necesitarte en mi vida, porque no te necesito, ya no.
Por eso, si me vuelves a ver en tu vida, acuérdate que tú no me quisiste en mi vida, que yo ya no te necesito y que me niego a que regreses a ella. Espero que te vaya todo bien, que a veces me recuerdes y que gracias, gracias por demostrarme que a veces las mejores amistades se pierden pero con el tiempo aprendes que a veces aunque la vida te de un golpe, llegará una persona mejor y que realmente quiera estar ahí y no se vaya así, sin mas, sin avisar. 


Llueve por dentro, llega algo nuevo.

Llueve por dentro, dónde todo estaba “seco”, dónde no había esperanzas, sólo tristezas y desilusiones. De desilusiones se vive sí, pero encontrar algo nuevo, respirar aire puro, encontrar esperanzas dónde antes no había, dónde todo estaba muerto, eso, eso es lo bueno. 
Puedes seguir teniendo desilusiones en la vida pero luego de eso, más tarde, en un tiempo indefinido, vuelven las ilusiones, las esperanzas, un nuevo amor.
Puedes ver todo oscuro, todo negro, puedes encontrarte en un callejón sin salida, pero tarde o temprano, alguien te salva, alguien ilumina el camino y te dice: “eh, no estás sólo, yo estoy contigo” y ahí, es cuando empiezas a creer que la vida si está de tu parte, que después de lo malo viene lo bueno, que después de llorar mil y una noches, vuelves a reír y sobretodo sonreír.
Puede que no sea un nuevo amor, o quizás sí, pero simplemente el hecho de tener una persona ahí, hace que continúes, que no sigas pensando todo en negativo y que pienses: “Gracias destino, por ponerme a esa persona en mi vida”.
Quizás se vaya o quizás no, pero hay que vivir la vida, los momentos, porque la vida se basa en momentos y no sólo en recuerdos. Por eso, agradezco a la vida por cada persona que ha aparecido en mi vida cuándo viví algún momento “negro” o “oscuro” porque a pesar de las desilusiones vividas, esas personas han estado en mi vida y siguen estándolo.