jueves, 6 de octubre de 2016

Carta a mi batalla interna.

Querido yo, te escribo esta carta para felicitarte por sobrevivir, sí, por sobrevivir, has entendido bien. Te felicito por aguantar a la sociedad que te rodea, a los prejuicios, a la gente que sólo ve lo que quiere ver y no lo que realmente es. Te felicito por lidiar con tus complejos, tus inseguridades y tus miedos día tras día. Por infravalorarte pero por luchar para cambiar eso, para aprender a quererte siempre. Te escribo para decirte que luches por lo que quieres, que no te rindas, que no temas. Que a pesar de las caídas, puedes levantarte de nuevo. Que todo es posible si lo crees y luchas por ello. Que quién no arriesga no gana. Es cierto que tienes y tienen miles de prototipos de personas que creemos que son perfectas pero que por dentro están vacías, huecas. Es cierto que a veces la vida se pone cuesta arriba y es complicado seguir adelante como cuando caemos en un pozo sin fondo y no sabemos cómo salir. Si no pones de tu parte, nadie, aunque haya gente que te ayude, podrá conseguir que salgas. Te felicito por aguantar las comparaciones y tus propias comparaciones con los demás. Por querer tener un cuerpo que en realidad no serías tú mismo.  Es cierto que la gente es mala por naturaleza, que van a por los débiles porque aunque vayan de fuertes, son las personas más frágiles por dentro. Es cierto que a la gente le gustaría tener esas “medidas” perfectas, pero te conozco y sé que estás bien tal como eres, con las medidas y la altura que tienes. Y puede que haya ropa que no te quede bien o no te favorezca, pero encontrarás tu estilo porque cada persona es única y diferente y eso la hace ser especial. Como dicen, y que cierta es la frase, “El amor es ciego”, tanto para lo malo como para lo bueno. Te querrán por cómo eres, no solo por el físico. Te querrán por tus imperfecciones y por tus defectos. Te querrán por todo, por el conjunto en sí. Porque si te faltaran no serías tú mismo. No serías la persona que aman. Acéptate, quiérete y supérate. Cuando consigas eso, conseguirás todo. Cuando te mires en el espejo y te veas bien pero sobretodo te quieras a ti mismo, en ese momento habrás conseguido lidiar con tu batalla y vencerla. En ese momento habrás conseguido tener esa autoestima que nos ayuda a ser fuertes y a querernos por cómo somos, con nuestras imperfecciones. Sé que estás luchando y lidiando con ello para que un día puedas decir: “Soy feliz.”
Atentamente,


Tu mente. (Quién lidia con tus batallas constantemente.)



Texto inspirado en el vídeo de Alex Puértolas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario