sábado, 1 de octubre de 2016

Goodbye my friend.

Hola, sé que ésto no lo leerás, sé que no sabrás de su existencia pero quería despedirme, ¿Despedirme? Sí, despedirme o decirte un hasta pronto. Quizá algunas amistades tengan fecha de caducidad, quizá algunas amistades necesiten un tiempo de pausa, de descanso, de dejar pasar el tiempo y ver que pasa luego. No te voy a negar que no me duele escribir éstas líneas, no te voy a negar que preferiría seguir manteniendo esta bonita y real amistad pero por tu parte veo que no quieres y no te voy a presionar, no te voy a obligar a que me sigas hablando, no te quiero molestar y menos ser una molestia.
Y sí, se que eres capaz de decirme que no molesto, que no soy pesada y que no te obligo a hablarme pero cuando existe y se interpone la ignorancia no se puede hacer nada simplemente aceptarlo y dejarte ir de mi vida. Por un tiempo, por el resto de mi vida... ¿Quién sabe, no? Eso es cuestión de tiempo y del destino, de lo que quiera la vida. Porque como suele suceder miles de veces, cuando menos lo esperas es cuando ocurren las cosas realmente maravillosas y en cambio, cuando esperas con ansias algo, ese algo no llega. Así que, aunque me duela desde el alma, aunque hayamos sido amigos, bueno, mejor dicho, mejores amigos, hoy te dejo ir. Hoy decido que quizás estés mejor sin mi en tu vida y que quizá la distancia pudo superar y romper la amistad porque como se sabe en la vida, todo tiene un final. Goodbye my friend. 


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