Puede que la suerte no esté de mi
lado, ni tampoco quiera estarlo. Puede que dar todo a cambio de nada,
para muchos no sirva de nada. Pero para mi, no es así. Es cierto, no
tengo ni una pizca de suerte en nada y eso, a veces, fastidia lo
necesario para llegar a un punto de decir. ¡No puedo seguir así!
Pero ¿Sabes que pasa? Que una persona es tal como es y aunque la
suerte nunca esté de su lado, eso realmente no es un motivo
contundente para decir: Voy a cambiar.
Puede que la suerte no esté de mi
lado, puede que la suerte la tenga otras personas que no se la
merecen, o incluso, a veces, si. Pero no por eso voy a cambiar.
Porque sé, bueno, en verdad, espero que tarde o temprano,
alguna pequeña dosis de suerte llegue a mi vida porque todos
merecemos un poco de ella en algún momento de nuestras vidas.
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