sábado, 24 de agosto de 2013

Llueve por dentro, llega algo nuevo.

Llueve por dentro, dónde todo estaba “seco”, dónde no había esperanzas, sólo tristezas y desilusiones. De desilusiones se vive sí, pero encontrar algo nuevo, respirar aire puro, encontrar esperanzas dónde antes no había, dónde todo estaba muerto, eso, eso es lo bueno. 
Puedes seguir teniendo desilusiones en la vida pero luego de eso, más tarde, en un tiempo indefinido, vuelven las ilusiones, las esperanzas, un nuevo amor.
Puedes ver todo oscuro, todo negro, puedes encontrarte en un callejón sin salida, pero tarde o temprano, alguien te salva, alguien ilumina el camino y te dice: “eh, no estás sólo, yo estoy contigo” y ahí, es cuando empiezas a creer que la vida si está de tu parte, que después de lo malo viene lo bueno, que después de llorar mil y una noches, vuelves a reír y sobretodo sonreír.
Puede que no sea un nuevo amor, o quizás sí, pero simplemente el hecho de tener una persona ahí, hace que continúes, que no sigas pensando todo en negativo y que pienses: “Gracias destino, por ponerme a esa persona en mi vida”.
Quizás se vaya o quizás no, pero hay que vivir la vida, los momentos, porque la vida se basa en momentos y no sólo en recuerdos. Por eso, agradezco a la vida por cada persona que ha aparecido en mi vida cuándo viví algún momento “negro” o “oscuro” porque a pesar de las desilusiones vividas, esas personas han estado en mi vida y siguen estándolo. 

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