sábado, 24 de agosto de 2013

Y sin más, te digo adiós.

Sigo recordando esa “despedida” agridulce, esa amistad que se fue de la noche a la mañana y que ahora, ya no queda nada. Sigo recordando esas charlas hasta altas horas de la noche, dónde nos explicábamos todos nuestros problemas y nos aconsejábamos. Que rápido pasa el tiempo y que largo el olvido. 
Quizás, va quizás no, estoy segura que tú ya me has olvidado, ya me has sacado de mi vida lo sé pero ¿Sabes? 
Yo a veces te recuerdo y pienso eh, que pena, que pena que te fueras de mi vida sin decir nada y haciéndome daño, que pena que esta amistad se disolviera así sin más y sin motivos porque yo no encuentro motivos suficientes para que te fueras así “de rositas” que me destruyeras y me hirieras pero eh, tranquilo, he aprendido a ser fuerte, a no necesitarte en mi vida, porque no te necesito, ya no.
Por eso, si me vuelves a ver en tu vida, acuérdate que tú no me quisiste en mi vida, que yo ya no te necesito y que me niego a que regreses a ella. Espero que te vaya todo bien, que a veces me recuerdes y que gracias, gracias por demostrarme que a veces las mejores amistades se pierden pero con el tiempo aprendes que a veces aunque la vida te de un golpe, llegará una persona mejor y que realmente quiera estar ahí y no se vaya así, sin mas, sin avisar. 


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